| La culminación del arte hispanomusulmán en su etapa nazarí está caracterizada por su exquisito barroquismo. Columnas, arcos ojivales y lobulados, inscripciones de elegante caligrafía, bóvedas de mocárabe, armaduras, celosías y azulejos son elementos típicos de su abundante ornamentación. El ejemplo más emblemático lo encontramos en el conjunto de la Alhambra de Granada.
Situado en una colina de tierra rojiza, se le llamó originalmente "al-Hamra", "el castillo rojo". Sus orígenees se remontan a la alcazaba que mandó construir Alhamar, también llamado Muhammad I, fundador de la dinastía nazarí.
El conjunto de los Palacios Nazaríes fue construido en parte en época de Yusuf I -el salón del trono y el patio de los Arrayanes- y se completó durante el reinado de Muhammad V con las dependencias privadas de la corte. Está considerado como el recinto palatino musulmán mejor conservado de toda la Edad Media.
Destacan sus baños, el patio de los Leones y las Salas de los Abencerrajes, la de Dos Hermanas y la de los Reyes. Los patios y jardines del Partal y el del Generalife resumen la esencia del jardín musulmán, con una belleza incomparable, en el marco espectacular de las cumbres blancas de Sierra Nevada. |