| El carácter alegre de los andaluces se combina con su devenir histórico, engendrando numerosas fiestas, que entremezclan raíces paganas y religiosas. Son muy populares las ferias del ganado y las romerías en los meses de primavera, cuando el campo se inunda de colores y el sol acompaña, sin que extrañe, en caso de chaparrón caprichoso, que los romeros se cobijen junto a los árboles a esperar que pase, para continuar la fiesta. Con motivo de las festividades de San Antón y San Isidro muchos municipios salen a pasar el día en el campo. Una de las romerías más concurridas es la que se celebra en honor de la Virgen de la Cabeza, en Ándujar y la de Santa Ana en Torredelcampo (primer fin de semana de mayo). En mayo se engalanan con Cruces y flores las calles y plazas de esta localidad y de muchas otras, como Mengíbar, Porcuna o la misma Granada. Rememorando los tiempos de la Reconquista, algunos municipios granadinos levantan astas y pendones en sus fiestas de Moros y Cristianos, como Iznalloz, donde a finales de agosto o principios de septiembre, con motivo de las fiestas patronales, se escenifica una batalla en la que castellanos y musulmanes se batieron para recuperar los cristianos la imagen raptada de la Virgen. Otros acontecimientos históricos, como la fundación de La Carolina o la vistoria en la batalla de Bailén, también se conmemoran con fiestas, corridas de toros y desfiles. |