El Teatro del Centro Cultura de la Villa de Torredelcampo ha sido el escenario de la presentación del cuento “Roberta”, del escritor cordobés Pablo Lara, una obra singular, llena de claros oscuros, que adopta una mirada crítica e invita a la reflexión desde una perspectiva optimista. Un cuento ilustrado que es puro arte, auténtica belleza creativa.

Una obra plagada de color, llena de matices. Un microrelato cargado de emociones, abierto a la esperanza que propone que cada persona aporte su creatividad y sus emociones para construir un mundo mejor. Un trabajo donde la ilustración nos sumerge en un mundo de fantasía complementada por un texto lleno de ternura, sueños y vida.

La mente creativa que ha producido este hermoso relato es Pablo Lara. Escritor, ilustrador, artista que dice de si mismo que “uno de mis primeros recuerdos es pintando en una esquina de unos de los cuadros que estaba creando mi padre. Desde pequeño he estado rodeado de pintura, escultura, poesía, cante, flamenco… Recuerdo mis años estudiando ingeniería, aprendiendo, inventando y, entre cartabones y escuadras, dibujando. Viajé, volví, trabajé y me quedé en Córdoba”.

El flamenco, el Arteterapia, las constelaciones, el coaching son sus fuentes de inspiración y parte de sus vivencias. “Y es aquí y ahora, rodeado de todo esto, compartiendo con mi entorno, viviendo cada instante, siendo quien soy, cuando toca que Roberta salga a la luz, llena de color, porque no podría ser de otra manera”, afirma Pablo Lara.

Pablo es una persona auténtica, que huye de lo superfluo. Un joven vivido, lleno de experiencias. Una persona que cree en el ser humano y transmite un mensaje esperanzado. Roberta es una mirada de esperanza al futuro, creada en el presente y nutrida del pasado.

El cuento de Roberta pretende llamar la atención sobre los modelos educativos estandarizados de la actualidad. Es una llamada de atención a la producción de humanos en serie, una propuesta al descubrimiento y potenciación de las habilidades y recursos que cada persona lleva en su interior.

Después de leer y releer este genial cuento, el lector es consciente de que no se trata de un cuento sólo infantil. Es una obra para todos los públicos, un canto a la esperanza, una invitación a reflexionar sobre nosotros mismos y nuestras vidas.

Una obra singular que hay que ver, observar, leer, contemplar y que con seguridad hace que el lector reflexione y posiblemente, llegue a plantearse prioridades en su vida. Porque como dice Pablo Lara en el cuento, “y de repente todo vuelve a tener sentido. Soñar, bailar, pintar, sentir, vivir, reír, cantar, amar”...

Para presentar el cuento, el autor contó con la colaboración de la actriz y directora teatral, Ana Dolores Mena, que realizo una adaptación de Roberta, creando un sugerente espectáculo de danza contemporánea.

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