Nuevamente ha sido el Llano de Santa Ana, uno de los espacios de mayor valor ecológico y de esparcimiento mas queridos y utilizados por la ciudadanía torrecampeña y de la comarca, víctima del comportamiento incívico de alguien que la pasada noche decidió bascular entre las hileras de olivas próximas a la fuente, varios cientos de kilos de material inerte de derribo de alguna obra.

Ese ha sido el aspecto con el que se han encontrado los responsables municipales de mantenimiento del Llano, a primera hora de la mañana, y posteriormente, un cuantioso grupo de escolares que hoy celebra allí una jornada de convivencia.

Obviamente, en esta ocasión no se puede acusar del daño a jóvenes adolescentes. Este acto incívico lo ha perpetrado una persona adulta y supuestamente responsable. Alguien que demuestra su escaso respeto por lo público, por la naturaleza y por el mantenimiento de un parque periurbano que es uno de los punto de encuentro y esparcimiento más utilizados por la población.

El Llano sufre constantes agresiones irresponsables como la tala de árboles, la acumulación de basura después de un fin de semana de aglomeración en su entorno, la rotura de cuadros de luz, etc. Destrozos sin sentido sobre bienes patrimoniales municipales que nos pertenecen a todos y que sumados a los destrozos que se cometen en el casco urbano, suponen una perdida estimada de más de 50.000 euros anuales, además de mermar la calidad urbana y medioambiental del municipio del municipio.