12 de julio de 2.022
Alrededor de un centenar de niños y niñas participan en esta edición de la Escuela de Verano, que se pone en marcha de nuevo tras el obligado parón provocado por la COVID-19. El alcalde, Javier Chica, acompañado del concejal de Educación y la concejala de Bienestar Social, visitaban el colegio San Isidoro, donde se lleva a cabo la Escuela de Verano, "unas jornadas que, además de ofrecer a las familias la posibilidad de conciliar con la vida laborar, permite a los niños y niñas que participan aprender de forma lúdica, aprender jugando, divirtiéndose y creciendo como personas", ponía en valor Antonio Moral, responsable del área de educación.
En esta edición, y ante la alta demanda de las familias, se ha decidido ampliar el cupo de niños y niñas para así dar respuesta a todas las solicitudes, "para este año y tras el parón de estos años, teníamos previsto dos grupos de 25, con sus respectivos monitores, al ver la demanda que ha superado las 70 solicitudes, hemos decidido ampliar la dotación para este servicio, una demanda que demuestra por parte de las familias la confianza depositada en nuestro proyecto", explicaba Antonio Moral.
Siguiendo la línea de trabajo de ediciones anteriores, se trata de una Escuela de Verano plenamente inclusiva, donde se da cabida a todos los niños y niñas que lo soliciten, "siguiendo con el trabajo por mantener el carácter social de todo lo que ponemos en marcha, la inclusión es fundamental, por eso es nuestro compromiso ofrecer la atención que requieran niños con otras capacidades que participan en nuestra Escuela de Verano, como es contar con una persona específica para su atención y así poder ofrecer la mejor calidad posible", concluía el edil.